miércoles, 14 de octubre de 2009

CONSTRUCCIONES SINGULARES DE MADRID:PUENTE DE SEGOVIA

Dicen que uno de los símbolos más representativos de una ciudad, son aquellos puentes que bien por sus dimensiones o por su forma, constituyen un emblema para ésta. Tenemos muchísimos ejemplos, aunque si tengo que quedarme con dos, se me vienen primero a la mente el Golden Gate y el puente de Brooklyn, aunque como digo, podríamos seguir con la lista y escribir sólo un artículo sobre esto.

Madrid, sin embargo, no está atravesada por ningún gran río, ni tenemos una bahía que salvar. No obstante y aunque el Manzanares no se trate más que un afluente, a su vez de un afluente (eso si, cuenta con numerosas aportaciones los días que juega el atleti, gracias a las lágrimas de sus seguidores...) el salvarlo mediante un puente de piedra tiene su complicación, constituyendo el Puente de Segovia un elemento clave del patrimonio de la ciudad.


El Puente de Segovia, es el puente más antiguo de la ciudad ( aquí vemos una de las características claves de este tipo de puentes: su gran durabilidad) y su construcción, ordenada por Felipe II y dirigida por el arquitecto Juan de Herrera se extendió entre 1582 y 1584. Históricamente, constituía uno de los principales accesos a la villa, de lo cual se percató el bando Republicano durante la Guerra Civil, ya que fue volado en el año 1936 para evitar la entrada de las tropas franquistas a la ciudad. En los años setetenta fue nuevamente reformado para permitir el paso de la M-30 que en la actualidad se encuentra soterrada.


El puente consta de nueve arcos de medio punto como esquema resistente. El arco de medio punto será la única tipología empleada en las construcciones de puentes de piedra hasta la aparición del arco ojival en el Gótico. Esto es debido a que la piedra tiene una resistencia a tracción muy pequeña en comparación con su resistencia a compresión, que puede ser en torno a los 60 MPa; así pues, si tenemos una carga contínua como es el caso de un puente de piedra, en el cual el peso propio es muy superior a las posibles sobrecargas que reciba, podemos incribir su antifunicular de cargas sin salirnos del canto del arco (es por ello que se disponen piedras de gran canto en él). Sin embargo como posteriormente ocurrirá durante el final del Gótico y principios del Renacimiento, los constructores se darán cuenta, que es más eficaz el empleo de arcos rebajados (y la sutileza del arco carpanel, con el cual no trasmitimos esfuerzos horizontales elevados a las pilas, lo cual es algo muy a tener en cuenta durante su construcción) pues éste se aproxima más a la forma de catenaria, como antifunicular de las cargas de peso propio, frente al arco de medio punto, que en realidad se trataría del antifunicular de una carga de presión radial.

Cabe por otra parte destacar, cómo en esta época sin tener los conocimientos actuales sobre cálculo de estructuras, los constructores de puentes, tenían una intuición clara, fruto de la experiencia, de cómo se distribuyen las tensiones en un puente de este tipo. Así pues para elaborar el arco se utilizan sillares concienzudamente escogidos y de gran calidad, mientras que en el tímpano se emplean sillares sin grandes resistencias, o directamente se rellenaba el timpano con arena y se cubría con mampostería. Si hoy en día realizamos un análisis por elementos finitos en un puente arco de piedra, veremos como el tímpano apenas tiene tensiones y se limita principalmente a dos funciones: en primer lugar el de repartir las cargas sobre el arco de forma más o menos uniforme y en segundo lugar sirve para "confinarlo", ya que podemos modelizar el relleno del timpano como si actuasen muelles horizontales por unidad de longitud del arco que disminuyen las deformaciones en éste,reduciendo el riesgo de formación de rótulas plásticas que son la principal causa de fallo en construcciones de este tipo.

Por otra parte uno de los elementos que mayor belleza confieren al conjunto son los tajamares, rematados en forma de un semicono que contribuyen en gran medida a realzar la obra.





jueves, 1 de octubre de 2009

PUENTE ING. FERNÁNDEZ CASADO


El puente Ingeniero Fernández Casado, en honor al ingeniero de caminos, canales y puertos fallecido el 3 de mayo de 1988 que desarrolló gran parte de su carrera en el ámbito de las estructuras y más en concreto en el de los puentes, se trata de un gran puente atirantado que en el momento de su inauguración (1983) fue récord de luz en puentes atirantados con tablero de hormigón. Se sitúa sobre el embalse de Barrios de Luna en León formando parte de la AP-66.

En cuanto a sus dimensiones cabe destacar que el puente tiene dos vanos laterales de 66 m y un vano central con una luz de 440 m. Las dos torres tienen tienen más de 100 metros, algo más de 90 sobre el tablero.
Fue construido mediante vanos sucesivos.

Sin embargo, dado que esta entrada del blog no pretende ser un artículo técnico (para lo cual ya existen otras mucho más completas y mejores, asi como publicaciones en revistas especializadas), voy a dar mi visión del puente, el cual visité hace dos años con algunos compañeros de clase, acompañados por nuestro profesor de hormigón que por esa época trabajaba en la empresa que suministó los tirantes para la realización del mismo.

En este sentido, lo primero que sorprende al recorrerlo a pie, son las grandes vibraciones que se prodeucen en su centro de vano al paso de los camiones. Esto es así porque el puente tiene una junta de neopreno en su centro de vano que actúa a modo de rótula a cortante (un empotramiento deslizante de los cuales estamos acostumbrados a ver en resistencia de materiales, si bien lógicamente presenta cierta resistencia a moverse en vertical por efecto de la fricción). A día de hoy según nos comentaron seguramente no estaría permitido disponer esta junta.

Otro elemento que me llamó la atención fue contemplar la sección del puente que a modo de exposición se sitúa en el el desvío de la autopista (dónde aparcamos el autobus). Se trata de una sección en forma de pi, dividida en tres celdas con un canto de dos metros y medio (se trata de un canto realmente reducido, teniendo en cuenta que estamos hablando de un puente de 440 metros de luz) y que no está tesada pues ya los propios tirantes del puente cumplen esta función.




Por último simplemente comentar que merece la pena si pasais por aquella zona tomar el desvío y contemplar el puente desde la otra orilla para verlo en todo su explendor, ya que se sea experto o no, las dimensiones de éste así como la belleza de los puentes atirantados no nos dejará indiferente. Así mismo recomendaría pasear por él y ver in situ las dimensiones de las vainas de los tirantes, de las torres, etc.